Desfiles dramáticos simbolizan la Semana Santa en Alicante

Escrito por Francesca Violet Reynolds

La Semana Santa es uno de los festivales religiosos más llamativos que se pueden ver en cada ciudad y pueblo del país como parte de las celebraciones de Pascua en España.  

Las festividades se llevan a cabo durante un período de ocho días, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección hasta el Domingo.  

Anualmente se llevan a cabo una serie de espectaculares desfiles y procesiones de una semana de duración para celebrar la ocasión, con grandes carrozas conocidas como pasos que llevan figurines y efigies muy realistas representando escenas y personajes de la Biblia.  

Las carrozas son desfiladas por cada distrito por miembros de la Fraternidad o Hermandad Católica local.  

Las esculturas representan una variedad de escenas del evangelio como la Pasión de Cristo y los Dolores de la Virgen María, y en muchos casos son auténticas obras maestras de famosos artistas españoles.  

Las festividades comienzan el Domingo de Ramos con la primera serie de procesiones que tienen lugar en los barrios de todo el país.  

Los desfiles van desde representaciones dramáticas hasta a veces asuntos espirituales intensos y solemnes. La procesión es una representación del recorrido hecho por Cristo desde su crucifixión y llevada de la cruz hasta el momento de la resurrección.  

Los caminos están flanqueados por soldados romanos con trajes auténticos que acompañan la ruta y en todas partes el aroma de ramos de flores frescas se filtra en la brisa de Alicante.

Una característica común de las procesiones es la túnica penitencial nasareno que consiste en una túnica y un capuchón montado por un capirote o punta cónica.  Se sabe que el sombrero puntiagudo era usado por payasos y bufones durante la Edad Media como un medio para mostrar su estupidez a las audiencias reunidas.  

Más tarde, en línea con el tema de la burla y la humillación, los sombreros puntiagudos fueron utilizados una vez más al atormentar a los criminales. Al criminal se le obligaba a llevar el sombrero y caminar por las calles, mientras los espectadores lanzaban verduras podridas, escupían sobre ellos e insultaban.  

El método fue posteriormente aplicado durante las celebraciones de la Semana Santa en países mediterráneos donde los penitentes caminaban por las calles con el mismo tipo de sombrero puntiagudo.  

Esto era visto como una sumisión a una lesión autoinfligida para arrepentirse de los pecados cometidos contra la religión.  Sin embargo, los participantes podían cubrir sus rostros para que no fueran reconocidos mientras buscaban el perdón y la tradición ha continuado desde entonces.  Esta es una de las características más llamativas de la procesión del desfile, ya que la túnica misma encarna una rica historia.  

Las procesiones y los festivales subsiguientes suelen ser un contraste entre una adoración religiosa profunda y una alegría jubilosa posterior, pero una cosa es segura: ¡la Pascua en Alicante resultará ser una experiencia inolvidable!  

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